jueves, noviembre 10, 2011

Poetas del colectivo guatemalteco Poesía Espiral


Foto de Oli Kellett

Vidas Cotidianas

Corro, troto, sigo corriendo…
Callejón sin salida, idiotas sin consuelo.
Muros con ideas, pensamientos desvanecidos.
Ayeres olvidados, nostalgias irreconocibles.
Vida anterior, país olvidado, temas enterrados, vidas desterradas.
Dinero, pura codicia, vida nocturna, llena de vicios.
Movimiento de día, ruido por las noches.
Ciudad de locura, país de locos... dando vueltas seguimos corriendo en un laberinto…

Gabriela Letona (1988)


Callé

Callé los silencios. 
Callé las permanencias. 
Callé los zapatos que hacían crujir la madera. 
Callé a la señora de la tienda de la esquina, 
-"Cállese por favor! que muero por escuchar los murmullos de las aceras en pleno desfogue..."

Ciudad Pánico (4/31)

Entre estas esquinas todo muere. Muere la esperanza. Muere la gente. Mueren los colores. Muere la música. 
Hay tanta muerte, que a veces no alcanza, y entonces llega el olvido.

Anna Consenza (1987)


Marcha Perenne

“Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura.
Porque todos estamos heridos”.
 Alejandra Pizarnik

Aquí vamos los incompletos.
Nuestros pasos penden de un hilo.
Somos los perennes equilibristas de la tragedia.
Esta es la ruta por la que pasan los condenados.
Vamos arrastrando el dolor a cuestas con la mirada perdida en el ocaso.
Nuestros ojos persiguen a la desbandada de palomas que huyen del parque.
Somos ese punto que nadie se atreve a borrar.
Los malditos de odio y rencor.
Los que nadie nombra cuando la foto está a punto de ser tomada.
La ignorancia arrastrada en coloridos buses que se dirigen hacia una ola aplastante.
La sal del mar sólo reavivará la herida que nadie más puede ver.
Un vacío helado que no desaparece.
Somos esa llaga que se refleja en el retrovisor.

Lucía León (1986)



Quisiera transformar el sonido de las balas penetrando los cuerpos,

Entonces,

Preferiría escuchar el sonido de balines de cristal explotando contra latas vacías,

Para que así surgiera una melodía armoniosa,

En vez de llantos y lamentos.

En mi mente permanece fija la imagen de una fila de niños recostados en el suelo,

Con fusiles en las manos,

Esperando la señal del sol,

Que fluye lentamente,

Alineándose con sus proyectiles.

De pronto aparece el viento,

Y comienza a soplar,

Y comienza a revelar los mensajes ocultos del universo,

Los cuales poco a poco inundan los oídos de los sordos,

Hasta hacerlos escuchar…

Niños:

Todos atentos,

Soltando sus mentes y liberando su espíritu,

Que pronto se alinearan los astros y el PRISMA nacerá ante su mirada,

Estallará un destello de conciencia,

Que filtrara nuestro universo,

Y desaparecerá las guerras.

Entonces,

El mundo de los humanos será recordado,

Por su tan esperada,

Transformación.

Numa Dávila (1992)


Las cuatro poetas son integrantes del colectivo guatemalteco Poesía Espiral junto a los autores Andrea Grimaldi, Esturado Mendoza, Juan Pensamiento, Manuel Tzoc y Luis Villond. El proyecto acaba de publicar este pasado verano la antología poética y audiovisual Caleidoscopios Urbanos, la cual abarca los temas de la cotidianidad y las vivencias en la ciudad de Guatemala.